Del impresionante bloguero
(de quien somos apenas algo menos que epígonos)
Autor de Cancer...de qué?
introspección conductista (LO IMPORTANTE NO ES LLEGAR; LO IMPORTANTE ES...UN COMINO)
Indignado por vivir en una era alejada de la mano de la preservación de las privacidades (un infamante cartelito en mi casa revela que EL PORTERO NO FUNCIONA -probablemente lo deschavó su esposa, chusma y frustrada), indignado por la proliferación de filmes pornos que metafrasean títulos mainstream (Blowing for Colombine, La vida de los ortos), corro el colectivo (insuflado por una leyenda vista al pasar "Corre, oh argentino") y asciendo al 151, advierto el letrero, me encojo de hombros y comienzo:
Mi nombre es Martín, porque nací en Alemania (ius sanguini) pero de padres argentinos (ius solis) y si me ponían Andreas o Günther acá me iban a verduguear...Al principio dudaron, porque me iban a decir "Martín Cara-de-mono" en clara alusión a Martín Karadajián, pero la sorpresa fue que una vez desembarcado en Argentina, me enloquecía "Titanes en el ring", a tal punto que llegué a disfrazarme de momia con papel higiénico aunque quedé en calzoncillos a las dos cuadras...mi destino es ineludiblemente literario, sé que me interesa escribir más que comer desde siempre, creo que la confrontación lenguaje-biología se hizo tangible cuando estudiaba Medicina (carrera que abandoné faltándome sólo 5 años para concluir, pero de cuya impronta conservo la caligrafía) al interesarme más en un libro de Helen Curtis la etimología oriunda del dios Proteo de la palabra "proteína" que el aminoácido y la meiosis mitocondrial en cuestión. Mis padres creyeron que yo era un superdotado (en el sentido intelectual, a diferencia de mis novias) porque a los cuatro años dibujaba como Dalí a los cuatro años de quien se decía que retomaba la tradición de Raphael en el trazo...[sigo dibujando como Dalí a los cuatro años]. Sé que la docencia y la traducción-que es un traslado como lo a que a usted se dedica, son dos de mis vocaciones eudomenológicas y el humor es el motor de que no caiga en un pozo depresivo y me pregunte por qué no me suicidé cuando hubiera sido un buen momento.
De manera que Medicina no era lo suficientemente humanística para mí, luego Ciencias de la Educación no poseía un rango de prestigio académico suficiente, Letras me hubiera encantado si me hubiera tocado una época en la que te enseñaran el cánon y no autores periféricos descubiertos por el que ganó la Cátedra, si me hubiera tocado una época en la que la asociación libre y el delirio no estuvieran justificadas por "La muerte del autor" (cf. Roland Barthes), si uno juzgara a Melville por lo que quiso hacer y no por aquello a lo que sus palabras me hacen acordar (¿fue también una ballena la que como a Jonás, tragó a Pinocho?¿era la hadita un colibrí?)...en fin, Derridá y su idea de que "un texto es un pretexto" mató el respeto inherente por una obra que admito es una "intervención" autoconciente, como marxistamente supo Oscar Wilde cuando dijo "Toda mala poesía es sincera"...
-Oíme, flaquito, a mí si sos dramaturgo y no tenés un sope no me vengás a llorar la carta, acá o ponés las ochenta guitas o te vasa tener que bajar, lo lamento pero...
-Má no, Sr. Funcionario del Transporte, Monsieur le Chaffeur, yo dispongo de los ochenta centavos en effet!, simplemente trataba de complacer la demanda del cartelito que no pude evitar leer al disponerme a colocar las monedas en la máquina cultural, en el vehículo del pensamiento...
-¿Qué carrrrtelito, pibe?
-"INDIQUE SU DESTINO AL CHOFER"
Indignado por vivir en una era alejada de la mano de la preservación de las privacidades (un infamante cartelito en mi casa revela que EL PORTERO NO FUNCIONA -probablemente lo deschavó su esposa, chusma y frustrada), indignado por la proliferación de filmes pornos que metafrasean títulos mainstream (Blowing for Colombine, La vida de los ortos), corro el colectivo (insuflado por una leyenda vista al pasar "Corre, oh argentino") y asciendo al 151, advierto el letrero, me encojo de hombros y comienzo:
Mi nombre es Martín, porque nací en Alemania (ius sanguini) pero de padres argentinos (ius solis) y si me ponían Andreas o Günther acá me iban a verduguear...Al principio dudaron, porque me iban a decir "Martín Cara-de-mono" en clara alusión a Martín Karadajián, pero la sorpresa fue que una vez desembarcado en Argentina, me enloquecía "Titanes en el ring", a tal punto que llegué a disfrazarme de momia con papel higiénico aunque quedé en calzoncillos a las dos cuadras...mi destino es ineludiblemente literario, sé que me interesa escribir más que comer desde siempre, creo que la confrontación lenguaje-biología se hizo tangible cuando estudiaba Medicina (carrera que abandoné faltándome sólo 5 años para concluir, pero de cuya impronta conservo la caligrafía) al interesarme más en un libro de Helen Curtis la etimología oriunda del dios Proteo de la palabra "proteína" que el aminoácido y la meiosis mitocondrial en cuestión. Mis padres creyeron que yo era un superdotado (en el sentido intelectual, a diferencia de mis novias) porque a los cuatro años dibujaba como Dalí a los cuatro años de quien se decía que retomaba la tradición de Raphael en el trazo...[sigo dibujando como Dalí a los cuatro años]. Sé que la docencia y la traducción-que es un traslado como lo a que a usted se dedica, son dos de mis vocaciones eudomenológicas y el humor es el motor de que no caiga en un pozo depresivo y me pregunte por qué no me suicidé cuando hubiera sido un buen momento.
De manera que Medicina no era lo suficientemente humanística para mí, luego Ciencias de la Educación no poseía un rango de prestigio académico suficiente, Letras me hubiera encantado si me hubiera tocado una época en la que te enseñaran el cánon y no autores periféricos descubiertos por el que ganó la Cátedra, si me hubiera tocado una época en la que la asociación libre y el delirio no estuvieran justificadas por "La muerte del autor" (cf. Roland Barthes), si uno juzgara a Melville por lo que quiso hacer y no por aquello a lo que sus palabras me hacen acordar (¿fue también una ballena la que como a Jonás, tragó a Pinocho?¿era la hadita un colibrí?)...en fin, Derridá y su idea de que "un texto es un pretexto" mató el respeto inherente por una obra que admito es una "intervención" autoconciente, como marxistamente supo Oscar Wilde cuando dijo "Toda mala poesía es sincera"...
-Oíme, flaquito, a mí si sos dramaturgo y no tenés un sope no me vengás a llorar la carta, acá o ponés las ochenta guitas o te vasa tener que bajar, lo lamento pero...
-Má no, Sr. Funcionario del Transporte, Monsieur le Chaffeur, yo dispongo de los ochenta centavos en effet!, simplemente trataba de complacer la demanda del cartelito que no pude evitar leer al disponerme a colocar las monedas en la máquina cultural, en el vehículo del pensamiento...
-¿Qué carrrrtelito, pibe?
-"INDIQUE SU DESTINO AL CHOFER"
4 comentarios:
Ni saben lo que es la escuela conducticta. por dios, aillin, barroca empedernida. a usar las palabra bien! lo que decía nada me dice. solo palabras
*conductista (acto fallido)
muy muy muyy bueno!!!! Mas que nada la parte del humor,la gran metafora de viaje -destino, y los grandes no logros que nos vueven tan pateticamente humanos !Un gusto leer cosas asi! que continuen!
Viva EL ESCRITOR MALDITO!
Fantástico lo del canon... Pero habría que ver qué es el canon hoy, porque también habría que matarlos a garrotazos a tantos profesorcitos que para ser más exóticos canonizan millares de libros francamente estúpidos...
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